lunes, 26 de noviembre de 2007

Buscan bajar el nivel de ruido en las autopistas porteñas

La Legislatura tratará un proyecto que ordena al Ejecutivo local la instalación de paneles acústicos en aquellos tramos rodeados por viviendas, escuelas u hospitales. Apunta a mitigar los efectos de la contaminación sonora.

La Legislatura porteña tratará un proyecto que ordena al Ejecutivo local la instalación en las autopistas de la Ciudad de paneles acústicos que disminuyan el nivel de ruido emitido por el tránsito en aquellos tramos rodeados por viviendas, escuelas u hospitales.

La medida, que cuenta con un fallo judicial del 2003 que la respalda y un reclamo del Ente Regulador de Servicios, apunta a mitigar las consecuencias de la contaminación sonora que generan las autopistas de la Ciudad, sobre todo, en los horarios pico de mayor circulación.

El proyecto, que será tratado el jueves próximo en la sesión de la Legislatura, establece que los paneles acústicos deberán ser colocados en los tramos de las autovías "en que se vean afectadas viviendas, establecimientos educativos o médicos, que registren niveles de sonoridad superiores a 60 decibeles".

La iniciativa se sumaría a las distintas acciones que se ejecutan en la Ciudad destinadas a evitar la contaminación sonora, entre ellas, el control de ruidos a los colectivos que circulan por las calles porteñas que impulsan desde el Ministerio de Medio Ambiente.

Si bien las fuentes del ruido son numerosas y diversas, el tránsito vehicular aparece en los primeros lugares de la categoría que más sonido provoca, seguida por otras menores, como las bocinas y las sirenas de ambulancias.

Según los parámetros de la Organización Mundial de la Salud, por encima de los 70 decibeles, el máximo tolerable por el oído, el ruido se vuelve molesto y después de los 90, es dañino y, si supera los 120, es doloroso.

De acuerdo a lo indicado por los diputados que elaboraron el proyecto, Fernando Caeiro y Abelardo García, en la Autopista 25 de Mayo se detectaron valores de hasta 95 decibeles por la mañana y por la tarde, en los horarios de ingreso y egreso de vehículos a la Capital Federal.

Los niveles de ruido que exceden los 85 decibeles pueden causar pérdida temporaria de la audición, y su prolongación en el tiempo provoca pérdida permanente e irreversible, falta de concentración y de rendimiento, insomnio, fatiga, incluso problemas cardiovasculares y digestivos.

Frente a estas consecuencias, fue que en el 2003, la Justicia en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad ordenó a Autopistas Urbanas a bajar el nivel de ruido que producía el tránsito en la autopista 25 de Mayo.

Este fallo surgió tras la denuncia de un vecino del barrio de Monserrat, molesto por los ruidos que llegaban desde la autovía a su departamento, situado en un sexto piso.

Paralelamente, el Ente Regulador de Servicios Públicos porteño también intimó al gobierno porteño, en aquel momento, a instalar en un plazo de tres meses paneles acústicos para evitar la contaminación sonora frente a tres escuelas ubicadas sobre la traza de las autopistas 25 de Mayo y Perito Moreno.

Entre los argumentos para la aprobación de la norma, se indica que el ruido es considerado como la primera causa de enfermedad profesional y contaminación ambiental de la cual se quejan los habitantes.

"Los ruidos excesivos causan perturbaciones psíquicas, como el aumento del estrés y la alteración del sueño y orgánicas, como diversos grados de hipoacusias y hasta pérdida total de la audición", se agrega.

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